viernes, 23 de julio de 2010

Efecto Gol

Goooool!!!

Cristian no podía creerlo, era el tercer día que sus intensos vecinos lo despertaban con la misma expresión, pero ahora era peor, ya no eran solo sus gritos, ahora eran también los silbatos, las cornetas y el inexplicablemente ensordecedor sonido de su nuevo televisor plasma, el cual, según Cristian no solo invadía el piso completo, si no todo el edificio.

Para no buscarse problemas con sus vecinos y repitiéndose a si mismo que esto no era más que una fiebre colectiva (síntoma de lo que para él era una enfermedad producida por los medios y llamada fútbol) que no duraría más de un mes; trató de olvidar el hecho de que le habían interrumpido el sueño, justo y cuando acababa de salir de un temido turno de veinticuatro horas de guardia en la empresa donde trabaja como agente de seguridad; se levanto, se sirvió su típico plato de cereal y su necesaria taza de café negro, cargado y sin azúcar y encendió su televisor (sintiéndose inmune a la avalancha mediática), diez minutos después otro gol, no pudo soportarlo más, simplemente no lo entendía.

Salió del apartamento y caminando por el pasillo se dio cuenta de que de cinco apartamentos que había en el piso, el suyo era el único que no albergaba una fiesta futbolística; se detuvo a esperar el ascensor, mientras lo esperaba, pensó en lo que planeaba hacer, quizás simplemente era un solterón desadaptado y con las defensas anti-futbolísticas anormalmente altas, quizás el que realmente estaba enfermo, era él, pero después de un segundo se dijo a sí mismo “claro que no”; finalmente se abrieron las puertas y se encontró con sus vecinos del sexto piso, para variar mostrando una considerable cantidad de síntomas de la enfermedad, carísimos suéteres y banderas de patrias ajenas y más de uno de aquellos, según él, globos firmes, es decir, balones.

-Buenos Días, Buenos Días Juan.

-Buenos Días, si ¿que desea?- respondió al fin el portero después de varios llamados, por supuesto, también estaba enfermo, ya Cristian comenzaba a entender que en el edificio solo él se salvaba de la epidemia, pero nada lo haría perder su propósito esa mañana.

-Vengo a poner una queja a la administración, los vecinos de 4-B están haciendo demasiada algarabía por todo este asunto del mundial y necesito que se les llame la atención.- Juan no parecía entender lo que acaba de decir o simplemente no sabía si de verdad lo había dicho o si estaba bromeando, Cristian no se molesto en aclararle nada, simplemente dio un profundo suspiro y salió del edificio.

Cristian no había caído en cuenta de que toda la ciudad estaba enferma, el heladero no venía helados, el peluquero no cortaba cabello, los restaurantes no vendían comida, todos veían fútbol, todos gritaban gol, parecían poseídos y el no lo entendía, no sentía aquel furor; y aquel desadapte social ya no le estaba gustando mucho, quería sentir el placer que los demás sentían al ver los partidos, de un momento a otro quiso enfermarse y solo él conocía el lugar perfecto para ser contagiado.

De pronto se encontró en la puerta del 4-B y lo que pasó durante los siguientes 45 minutos que duró el segundo tiempo, no lo recuerda, cuando volvió en sí, tenia puesto uno de aquellos suéteres que antes no se hubiera puesto, una bandana en la cabeza, una bandera en la mano y el síntoma más severo, un equipo favorito; era oficial, acababa de caer enfermo.

Con el paso de los días, solo se hizo más fanático del fútbol, según él, ya estaba encamado y a punto de caer en coma, tenía delirios de futbolista, los cuáles le habían causado la pérdida de un par de los vidrios de su ventana, ya que cada vez disfrutaba más su globo firme y más preocupante aún era el hecho de que alucinaba la tribuna celebrando sus goles, toda metida justo ahí en su pequeño sofá.

De repente un día, al tratar de meterle un gol de chilena al portero invisible del equipo contrario se golpeó muy fuerte la cabeza contra el piso del ahora oficialmente zona de contagio, el apartamento 4-A; aún tendido en el piso giró la cabeza a la izquierda y divisó su arma reglamentaria, recordó quién realmente era, un solterón agente de seguridad y apasionado de las armas, se percataba de que aquellas incesables ganas de patear el globo, no eran más que un síntoma de su enfermedad, se debía a sí mismo el buscar la cura, la cual según él, en realidad siempre conoció.

Así tomo toda la memorabilia mundialista y la botó a la basura, cerró las puertas, apago el radio y la televisión y se puso los tapones de oído, estaba seguro de que si no tenía contacto con la grotesca publicidad futbolística, se iba a curar en menos de una semana y nunca más sentiría la necesidad de que un país que ni siquiera conocía por fotografías, metiera un gol.

Al siguiente día y ya después de la peor parte de desintoxicación, sintió un hambre terrible y se levantó a comer algo, lo primero que vio en el refrigerador, fue la mitad de aquella deliciosa hamburguesa en forma de balón o mejor dicho, de globo firme, último rastro de la fiebre, no sintió ganas de comérsela, simplemente la tiró, al fin se había curado y volvía al punto de partida, no entendía porque era tan grande el efecto de un gol en tanta gente.

Se quitó los tapones de oído e inmediatamente escuchó que tocaban la puerta, abrió y era su vecino Lucas, del 4-C, lo invitaba a ver el partido en su casa, como ya un par de veces lo había hecho.

-Ya estoy curado,- Le contestó Cristian, Lucas no entendía por supuesto. –Ya me pasó la fiebre del futbol, me curé y tú podrías curarte también.- Lucas seguía sin entender, Cristian continuó: -Solo tienes que alejarte de la publicidad, nos atacan con sus mensajes subliminales y se hacen dueños de nosotros, nos quitan nuestro dinero, nos hacen irresponsables y nos enferman.- Lucas no pudo resistir más y soltó una estridente carcajada, pero Cristian continuaba ensimismado en sus ideas. –Podrías curarte, mírame a mí, estoy desfutbolizado- Lucas se dio la vuelta y camino hacía su apartamento. –Estas equivocado Lucas.- Gritó Cristian.

-No Cristian, tú estás equivocado.- Contesto el hombre. –El fútbol será una enfermedad para ti y para un par de personas más, pero para el resto del mundo el fútbol es PASIÓN y nos entristecería mucho dejar de sentirla, el fútbol no es una enfermedad y no es nuestra vida tampoco, pero definitivamente es parte ella y queremos que siga siendo parte de ella.- luego de contemplar sus rostros por un instante, ambos entraron a sus respectivos apartamentos, finalizando la conversación.

Finalmente Cristian entendió que a él simplemente no le gustaba el popular deporte, lo que no entendió muy bien fue de que a la mayoría si le gustaba, justo después de cerrar la puerta escucho un conocido grito en el 4-B, no pudo soportarlo, el solterón desadaptado inmediatamente redacto una queja por escrito en contra de todos sus vecinos y de paso del portero también y la envió a la administración del edificio.

Que no le gustara el fútbol estaba bien, pero que no entendiera que a los demás sí les gustaba, era pésimo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Imsomnio


Dios otro dia que amanezco despierto :'( bueno lo unico bueno (vlr) de todo esto es que ahora que desayune me esta entrando el sueño:-D DULCES DREAMS:-P

sábado, 20 de febrero de 2010

Más que el bien del vecino...

¿De qué sirve robar?

¿Vale la pena un bien que no es nuestro?

Por ejemplo, quizás con el dinero del vecino pueda pagar las deudas, comprarme un carro, y hasta salir adelante, definitivamente un dinerito me puede alcanzar para bastante, ¿pero alcanzará para comprar mi dignidad? ¿A cuánto se valoran los valores en una sociedad desvalorada?

Los lujos nos enamoran, quizás tú estés comiendo huevo frito con arroz y tu vecino el delincuente que vive de tus vicios, brutalidades e impuestos esté comiendo sushi, caviar y champaña, pero te aseguro que en tu boca hay un mejor sabor, porque la culpa y la intranquilidad de que me agarra el policía, no parecen saber muy bien.

Tal y como Gabriel García Márquez expreso en una vez en una de sus novelas, hay una diferencia entre un hombre rico y un hombre pobre con dinero, esto es más que cierto, pero también hay que pensar en la diferencia que existe entre un hombre rico decente y uno rico delincuente.

Es mejor vivir una vida como pobre decente, que cuatro o cinco años, como rico delincuente.

Ser rico suena bien, ser delincuente suena de espanto.

¡Cuidado!

jueves, 22 de octubre de 2009

Tatuaje


Una foto con un efecto divertido y un tatuaje falso, pronto espero estarme haciendo el real, ya se que me haré, cuando me lo haga lo muestro!!!:-P

martes, 24 de marzo de 2009

Nulo bajo presión

Un martes normal en la UTP (Universidad Tecnológica de Panamá) sería tener examen de cálculo, de física y de desarrollo de Software (Sí, los tres el mismo día) ah y sin olvidar el laboratorio de física, que ni por que hay examen te lo posponen y aproximandamente dos tareas más, en fin los utepeños vivimos constatementes presionados y yo me vuelvo nulo en aquellas condiciones, ¿que como he sobrevivido?, no lo sé.

Ayer fui al centro comercial con mi amiga Z, fuimos a comprar mi maleta para la escuela, le pedí que me acompañara, como casi siempre lo hago, porque soy daltónico (Basicamente no me puedo aprender los colores) lo que me ha hecho inseguro al comprar, temo escoger un color feo...LOL...,en fin, escogimos una mensajera verde, me gusta, es perfecta para mí, pero ese no es el asunto, a la hora de irme me dí cuenta de que solo me quedaba un billete de veinte dólares, lo que quería decir que no me podía ir en taxi (porque el taxista no tendría cambio y me mataría, figuradamente...) y me fui en bus...

Todos sentados, todos callados, todos cansados, todos queríamos llegar, pero esto no sería tan fácil, al llegar a una intersección clave en el trayecto, nos encontramos con la vía cerrada, nadie explicó porque (como la mayoría de las cosas en este país), el chofer tuvo que desviarse, pero el cierre de la vía había sido catastrófico y el tráfico estaba imposible, todos queríamos llegar, el chofer, el siempre criticado chofer del "diablo rojo" tomo una mala descición ¿Porque? no lo sé, quizás porque simplemente es bruto o quizás porque quería que llegaramos lo más rápido posible...el pobre se metió por un atajo, formado por una serie de "oneways", por donde el bus NO CABIA, pensé que ibamos a chocar, todos asustados, todos ¿culpables?...creo que ese hombre es el mejor chofer que he visto, no chocamos, demoramos mucho, se le notaba preocupado, como a todos los pasajeros, la gente se metía casi entre las llantas del bus (después se quejan en televisión, pero esque son necios, la verdad), pero él no atropelló a nadie, no chocamos, ese señor sabe manejar y envidio su capacidad de trabajar bajo presión, es un bárbaro.

lunes, 2 de marzo de 2009

Despiadado por Supervivencia.

Hola..., con esta nota inaguro este blog... hoy tuve una experiencia que no me cambió la vida, pero hizo que el emparedado más famoso de uno de los restaurantes de comida rápido más famosos y populares en Panamá, me supiera a caca (es solo un decir, porque no tengo idea como sabe eso.) y que yo me odiara por más de un segundo.

¿Que pasó?

Me levanté el día de hoy 2-3-09 y me dispuse a ir a la universidad, a reintegrarme después de las fiestas, llegué y en realidad me fué bien, fue la última clase y aunque sé que tendré que estudiar mucho para el semestral, no estoy tanh mal como otros (pobrecitos), tengo muy pocas posibilidades de reprobar, pero ese no fue el asunto...

Cuando salí de la universidad me toqué la cara y descubrí un granito, ese tampoco es el asunto, pero bueno el caso es que decidí pasar a la farmacia más famosa de Panamá a comprarme mi medicina antiacne y luego de hacerlo vi el susodicho restaurante a pocos metros y aunque gracias a ciertas libritas no debí hacerlo, entré y pedí el emparedado que me coqueteaba en la pared, aún sabiendo que me estaba quedando sin efectivo, solo tenía el dinero del emparedado y me sobraba para regresar a la casa en transporte popular, en el area no había un cajero demasiado visible y la verdad no estaba bien del estomago, yo sabía que después de comerme el emparedado, debía regresar de inmediato a la casa, no había tiempo para buscar cajeros.

La empleada me dió el emparedado, los anillos de cebolla y el refresco, yo me dirigí a la mesa y al primer bocado me sentí en las nubes, el cuidado del peso me había hecho extrañar ese inigualable sabor.

Cuando llegué a la cuidad hace tres años, unos amigos me dijeron que no me dejara incomodar por las personas que pedían dinero en las puertas de los restauantes, si les das dinero es para comprar drogas, pero la realidad yo no crecí aquí y siempre les daba, nunca lo pude superar.

¿Pero que pasó?

Cuando me dispuse a tomar el segundo bocado, una joven de más o menos mi edad(21) con una niña de menos de un año se presentaron ante mí, la joven me ofreció unas pulseras, le pregunté cuanto costaban, dos dolares me dijo, entonces recordé que no los tenía, le dije no gracias, pero entonces ella me dijo que era para la leche de su bebe, que no tenía, ¿como creen que me sentí yo al ver a una niña que segun su madre no había comido en todo el día, mientras yo devoraba una bestia? sea verdad o mentira lo que ella me dijo, hizo que odiara el emparedado, me odiara mi, al gobierno y la sociedad en general, por todo el tiempo que gaste en comerme el emparedado.

Ella me puso mala cara y se fue, yo sufrí mientras me comía el emparedado y deje de odiar, pero no de sentirme mal, traté de encontrarla, explicarle que en el momento me conmoví y no supe como actuar, pero ellas ya no estaban, yo le hubiera dado de mi dinero para que comieran las dos, aunque me digan loco, me da igual, mi corazón es así, estúpido en la ciudad.

Yo no se juzgar, yo no puedo justificar el no darle de comer a un hambriento con la idea de ella se lo buscó, para que metió la pata..., yo no soy así y no, no soy un buen samaritano, ni el más caritativo del barrio, ni mucho menos seré canonizado, pero siento que si pretendo seguir viviendo en una ciudad como esta debo cambiar, hacerme un citadino normal, aunque ahora lo vea despiadado (y lo siento pero la verdad que algunos son así, a mi modo de ver)

En fin, espero que algien las haya alimentado, espero que coman mañana y todos los días.

Me siento muy mal, espero se me pase, por ahora me hice adicto a la canción "I Hate this Part" de PCD, que me encanta, pero que creo que solo me está poniendo más triste.

Por cierto no dije el nombre de ninguno de los estableciemientos a los que fui, ni del emparedado, porque no quiero problemas legales, la verdad no se nada de eso... pero no quiero problemas y hombre precavido vale por dos.

No se que espero que me diga quien lea esto, no se que mensaje les quiero dar, no se nada, esto es solo mi manera de desahogarme, aunque no creo que me ayude mucho...

hasta la proxima... y visiten mi otro blog (gordoenamorado.blogspot.com)...